viernes, 29 de abril de 2011

Flores silvestres en China



En esta sección del relato del Sr Fortune “Misión de horticultura en China” describe el hallazgo de la Anemona japonica en los cementerios de la ciudad creciendo como flores salvajes únicas en la época del año.

Aquí traduzco los párrafos que relatan el hallazgo:

"Luego de reunir un considerable número de plantas y semillas, surgió la oportunidad de visitar Shanghái. Ese puesto no ha sido aún abieto formalmente, y las posibilidades de llegar allí eran pocas, y no debían desaprovecharse. Por lo tanto estaba agradecido de la oportunidad y sarpé por el Yang-tse-Kiang el 13 de Noviembre. Mientras nos acercábamos a Shanghái parecía que entrábamos aun país nuevo. El paisaje montañoso había desaparecido por completo, hasta desde la punta de nuestro mástil más alto, no había una sola colina que limitara el horizonte. Todo lo que había en vista era un nivel plano y chato. Esto es lo que se llama en valle de Yang-tse- Kiang, y es el gran distrito del norte del algodón de Nankin. La tierra es negra y profunda y sin lugar a dudas es la mejor de China, sino del mundo.

En un país como este, tan plano y cultivado, no esperaba encontrar muchas plantas salvajes. Sin embargo, me encontré con dos , que habían traído considerable atención a Inglaterra. Hago alución a Cryptomeria japonica y Anemona japonica. La última fue encontrada en plena floración, entre las tumbas de los chinos, que están en los márgenes de la ciudad. Florece en Noviembre, cuando otras flores ya se han ido, y es un simple y bello ornamento para para esos lugares de descanso final. Si el número de flores salvajes en este distrito era escaso, estaba compensado por las que después de todo encontré en jardines y viveros. Por el número de florerías en la ciudad, que en esta estación del año estaban llenas de crisantemos, estaba bastante seguro de que debía haber vivieros en las cercanías para su cultivo, pero la gran dificultad era encontrarlos. Los chinos aquí que sabían poco o nada de nosotros, sólo como sus conquistadores, tenían miedo y recelo, y no daban información al respecto. Siempre sospechaban que uno tenía otro objetivo en vista más que simplemente recolectar las plantas de su país”

En la siguiente página, 217,hace una descripcióm de los viajes por otras provincias chinas, de cómo junta semillas y las prueba, germinándolas y viendo su crecimiento, para ver si son ornamentales o no. También cuenta como arma los cajones esmerilados para enviar los ejemplares que en la revista se mencionan en la introducción del capítulo y la travesía increíble en la region de Cantón hasta el puerto de Hong Kong hasta llegar a mediados de enero de 1844 a su destino final, Inglaterra.